martes, 4 de diciembre de 2007

Naufragio en Territorio Antártico Chileno. Al rescate de nuestra soberanía

“Nave naufraga en la antártica”, fue la noticia que el 23 de noviembre del presente dio la vuelta al mundo a través de los diversos medios informativos y de las grandes cadenas de noticias. Se trataba del crucero M/V Explorer, buque de 2.400 toneladas construido en Finlandia en 1969 y reacondicionado en 1993 que portaba bandera de Liberia pero era operado por la firma turística canadiense “GAP Adventures”. El Explorer, con 54 tripulantes y 100 pasajeros, realizaba un viaje turístico por el continente Antártico cuando choco de madrugada contra dos iceberg que dañaron su casco lo que finalmente provoco su hundimiento en las gélidas aguas del fin del mundo, lo que inevitablemente trajo a la memoria de muchos el histórico hundimiento del ya mítico trasatlántico SS “Titanic”, pero a diferencia de éste, el protagonizado por el Explorer no terminó en una tragedia de proporciones, sino que por el contrario, sus pasajeros y tripulación resultaron totalmente ilesos llevándose consigo los recuerdos de una gran experiencia o anécdota de viaje que contar.

1. El naufragio:

A las 23:50 hrs. del 22 de noviembre y luego a las 00:50 hrs. de la madrugada del 23 el crucero M/V “Explorer” chocó contra dos témpanos de hielo en la zona de Bahía Almirantazgo, en las inmediaciones de la Isla Rey Jorge del archipiélago de las Shetland del Sur, lo que le provocó la avería de su casco y que algunos de sus compartimientos comenzarán a inundarse, por lo que se activaron todas las bombas de achique para mantener la nave a flote. Según relató a la prensa la tripulante del Explorer, Andrea Salas, hubo dos impactos con iceberg; “el golpe era más o menos normal, porque se navegaba entre hielo y había golpes frecuentes”, agregando que el primer golpe provoco “un hueco que no era muy grande” en la nave, por lo que se “inició un bombeo del agua para mantener el barco a flote” “en ese momento, escuchamos el anuncio del capitán que decía que había otro iceberg que se estaba acercando a nosotros y que esperaba que el viento lo corriera para otro lado, pero no fue así” “ese iceberg golpeó el barco y ahí fue donde se produjo el daño más grande”, por otra parte, el turista norteamericano Ili Taren aseguro que junto a su compañero de cabina fueron los primeros en dar la alarma, “primero escuchamos el ruido del hielo golpeando el costado del barco y en pocos segundos escuchamos el agua colándose en el interior”, “de hecho, el hielo rompió el barco justo en nuestra cabina, entonces, apretamos el botón de emergencia”. A las 02:40 de la madrugada, en atención a los daños sufridos y la pronunciada escora de la nave hacia la banda de estribor, el capitán del Explorer, el sueco Bengt Wiman, dio la orden de abandonar el buque a los pasajeros y sus tripulantes, quienes en absoluta calma y orden abandonaron la nave en 8 botes semirrígidos y 6 balsas salvavidas. A esa hora las condiciones de oleaje y viento eran muy buenas lo que facilitó la evacuación, sin embargo tales condiciones se verían alteradas por la presencia de un frente de mal tiempo. Andrea Salas, tripulante del crucero, señaló a la prensa que cuando abordaron las balsas de rescate, aunque el mar “estaba un poquito más movido y con viento, no llovía ni nevaba y empezaba a amanecer, por lo que teníamos luz, por suerte porque dentro de todo fue bueno”, agregando que los momentos más difíciles fueron las horas en los botes salvavidas, “había viento y hacia mucho frío, y por el oleaje estábamos mojados”, por su parte el turista estadounidense Eli Shanne relató posteriormente que “todo estaba muy frío y las tres horas que estuvimos en las balsas salvavidas, expuestos al aire libre en la Antártica, fueron muy difíciles”.

La anécdota del naufragio fue la protagonizada por dos turistas; el danés Jan Henkel tenía planeado pedirle matrimonio a Matte Larsen cuando llegarán a la Antártica, pero su plan fue estropeado por los dos inoportunos iceberg que finalmente hundieron al Explorer, por lo que mientras estaban en las balsas sobre las frías aguas antárticas con la tensión e incertidumbre que significaba la espera de ser rescatados, atinó a sacar el anillo de compromiso que tenía guardado y mostrárselo sin decir nada, pero como reza el dicho, a buen entendedor pocas palabras, la joven al verlo dio el tan esperado ¡sí!.


2. El rescate de los náufragos y hundimiento del Explorer:

Conforme informó el primer reporte del Departamento de Relaciones Públicas de la III Zona Naval de Chile, a las 0:34 hrs del 23 de noviembre se recibió el llamado de emergencia del buque de turismo Explorer informando del accidente sufrido durante su navegación y las coordenadas de su posición. Ante el llamado, la Gobernación Marítima de Punta Arenas activó inmediatamente el “Servicio de Búsqueda y Salvamento Marítimo” e hizo enlaces con las naves que navegaban en el área a fin de que acudieran en ayuda del buque siniestrado. También se dispuso el desplazamiento al área del rompehielos Almirante Viel de la Armada de Chile. A través de la Gobernación Marítima de Antártica se coordinó con la Base Eduardo Frei el apoyo de la Fuerza Aérea de Chile para el envío de un helicóptero Bolkow, que se desplazó al área a las 04:00 hrs. para evaluar la emergencia y cooperar en las labores de búsqueda y rescate. Este helicóptero fue el que realizo las tomas aéreas que dieron la vuelta la mundo y dio tranquilidad a los náufragos mientras aguardaban en sus balsas la llegada del rescate.

A las 02:00 de la madrugada, el capitán del crucero turístico de bandera Noruega M/S Nord Norge, la nave más cercana, recibió el aviso del naufragio por lo que desvió su ruta para acudir en su rescate, llegando al lugar aproximadamente a las 06:30 de la madrugada a asistir a los náufragos que ya habían abandonado la nave encontrándose en los votes de salvamento en aguas antárticas y con temperaturas de 5º bajo cero. A las 07:20 hrs. ya se había embarcado a la totalidad de los náufragos y se les presto atención médica inmediata, presentándose sólo algunos cuadros de hipotermia leve, pero en general, se encontraban en buenas condiciones de salud. La operación de rescate encabezada por el Nord Norge fue coordinada por el Centro de Rescate chileno de Valparaíso.

Conforme informó el día 24 el comandante en jefe de la IV Zona Naval, Pedro Torres, el Explorer tenía dos orificios en su costado de estribor en la sala de máquinas, uno de 4 pulgadas y otro de 8 pulgadas, de los cuales la tripulación fue capaz de obturar (atascar) uno, quedando el otro comunicando el espacio interior hacia el mar, agregó que de acuerdo a los reportes disponibles, a las 02:00 de la madrugada el Explorer tenía una inclinación de 25º, alrededor de las 06:00 había aumentado a 30º y a las 15:00 hrs. ya alcanzaba los 85º. El rompehielos Almirante Viel de la Armada de Chile, enviado a la zona del siniestro, informó que aproximadamente a las 15:30, hra. de Chile del viernes 23, finalmente se produjo el hundimiento del Explorer en el estrecho de Bransfield a una profundidad de 1.100 mts. y que intentará rescatar algunos restos y balsas que se encuentran a la deriva a objeto de que no provoquen confusión ante futuros avistamientos de buques que transitan por el sector. Informó también que con posterioridad al hundimiento apareció una mancha de petróleo liviano de 180 por 20 metros aproximadamente que fue dispersada mecánicamente por el rompehielos.


3. Traslado a las bases Chilenas en la Antártica:

Una vez embarcados los náufragos, el Nord Norge se dirigió rumbo a la Isla Rey Jorge para desembarcarlos en las bases permanentes chilenas ubicadas en dicha isla, donde pasarían la noche a la espera de ser trasladados en los días siguientes a Punta Arenas. A las 13:20 hrs. el Nord Norge arribó a Bahía Fildes quedando a la gira sobre sus máquinas a la espera de poder hacer el desembarco una vez que mejorarán las condiciones meteorológicas que eran adversas con viento del oeste de hasta 20 nudos y precipitaciones de agua y nieve, por lo que recién a las 18:45 hrs. se pudo efectuar la operación de desembarco de los rescatados en botes de goma y con apoyo de la Armada y la Fach. Posteriormente, 84 de ellos fueron albergados en la Base Presidente Eduardo Frei de la Fuerza Aérea de Chile y la Base Profesor Julio Escudero del Instituto Antártico Chileno mientras que los restantes 70 fueron derivados a la base uruguaya Artigas. En las bases chilenas ya estaba todo previsto y dispuesto para recibir a los rescatados, a la espera de su traslado vía aérea a Punta Arenas. Una vez en las instalaciones de la base se comprobó que todos estaban en buenas condiciones físicas y anímicas luego de practicársele un chequeo médico, se les entrego la alimentación necesaria y la posibilidad de comunicarse con sus seres queridos.

Según informó La Prensa Austral de 24 de noviembre, Milenko Buljam, gerente general de Agunsa, compañía que atiende a la nave, “corroboró que logísticamente es mucho más fácil sacar a los rescatados a través de Chile que de Argentina, dada la cercanía con la Base Frei, en Isla Rey Jorge. De ahí que los armadores decidieran el traslado de las personas a la Base Frei desde donde se espera que sean sacados en un avión Hércules apenas mejoren las actuales condiciones de visibilidad”.


4. Traslado aéreo a Punta Arenas:

Apenas se supo que los náufragos serían trasladados a la Base Eduardo Frei, el comandante en jefe de la IV Brigada Aérea de Chile, general Federico Klock, comprometió todo su apoyo para sacar a los náufragos por medio de un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Chile, el cual haría dos viajes, manifestando que está listo para operar cuando sea requerido su apoyo.

Al medio día del sábado 24 despego desde Punta Arenas un avión Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de Chile rumbo a la Antártica con el objeto de comenzar a trasladar a los náufragos refugiados en las bases, arribando cerca de las 14:30 hrs. a la pista del Aeródromo Teniente Marsh en la Isla Rey Jorge. A bordo del avión también llego el general Federico Klock quién explico a los turistas el procedimiento para el traslado a Punta Arenas, que consistía en que el grupo de 154 pasajeros se dividirían en dos de 77 que serían evacuados en dos vuelos. El primer grupo, con los pasajeros de mayor edad, abandonó la Antártica a las 16:30 hrs. de ese mismo día sábado, en una fría y nevada tarde con cielo nublado y una temperatura de 0 grados y arribó pasadas las 19:00 hrs. al aeropuerto Carlos Ibáñez del Campo de Punta Arenas para posteriormente pasar la noche en los hoteles Diego de Almagro y Cabo de Hornos de dicha ciudad donde fueron agasajados con productos típicos de la zona como centolla, cordero y salmón, mientras que el segundo viaje se efectuó al día siguiente, domingo 25, cuando el avión Hércules partió nuevamente rumbo a la Antártica a las 09:30 hrs. en busca del segundo grupo, regresando a Punta Arenas después de las 13:10 hrs. de ese día.


5. Rescate y soberanía:

La intendenta Eugenia Mancilla en declaraciones recogidas por el diario La Prensa Austral de Punta Arenas de 24 de noviembre señaló que “tanto la Armada como la Fuerza Aérea mantienen un trabajo coordinado para llevar tranquilidad al mundo, en una zona de difícil acceso y en una época que se caracteriza por un mayor flujo de naves turísticas” y destaco la participación de las FF.AA por “movilizar sus esfuerzos físicos y humanos para poder decir que Chile está en condiciones de enfrentar cualquier tipo de accidente en el territorio antártico”, “para Chile es un desafío hacer sentir que estamos preparados para enfrentar esta emergencia y lo principal es cautelar la vida humana en el mar, y que ese territorio esté preparado para esos desafíos”.

El diario La segunda, en su edición de 02 de diciembre, incluye una entrevista realizada al vicecanciller Alberto Van Klaveren por Claudia Andrea Sánchez, en la que aborda entre otras materias de la política internacional de Chile, el significado del rescate efectuado por nuestro país en el continente Antártico. Al respecto manifestó que más haya de la sensación del “deber cumplido”, para él el salvataje marcó un “hecho político”, “es muy revelador que el rescate se haya hecho por un buque de la Armada chilena y que los rescatados haya desembarcados en Punta Arenas. Eso confirma la vocación antártica de Chile y confirma también la condición que tiene Punta Arenas como una plataforma hacia el continente antártico”. Las preguntas fueron:

¿El accidente del Explorer marcó un precedente de soberanía post reclamo ingles? R.: “La verdad es que el tema es más complejo, porque hay un estatuto especial que se aplica a la Antártica y se aplica al rescate, pero no es la primera operación de rescate en que estamos involucrados. Normalmente si hay un accidente de esa naturaleza, y que de alguna manera es compartido con Argentina, estamos llamados a tener un papel especial. Y eso es una confirmación de nuestra presencia antártica y también de nuestros derechos en esa zona”.

¿Por qué se invirtieron recursos chilenos en el rescate? R.: “Si el rescate ocurre en aguas chilenas, también tenemos ciertas obligaciones porque hay un estatuto internacional vigente en esa materia y hay que cumplirlo. Así como esperamos que otros países cumplan en caso de que alguna embarcación chilena se vea en apuros en otra zona”.

¿Lo ve como un deber moral? R.: “Es más que un deber moral, es un deber legal y el accidente ocurrió en un área en que opera nuestra Armada y en la que tenemos obligación de rescate”.


Comentarios:

1. Sobra decir que la operación de rescate dirigida por Chile, así como la coordinación entre el gobierno regional de Punta Arenas, la Armada de Chile y la Fuerza Aérea de Chile, fue del todo “impecable”.

2. A raíz de este naufragio resulta difícil no recordar la hazaña realizada en 1916 por el Piloto Luis Pardo Villalón, quién a bordo del “Yelcho” logró rescatar de la Isla Elefante a los náufragos del “Endurance” de la expedición del ingles Ernest Shackleton que pretendía cruzar el Polo Sur, luego de que éste recorriera varios puertos argentinos, de las Falklands y Georgias del Sur en busca de ayuda sin encontrar a nadie que se atreviera a realizar tal rescate, hasta que en Punta Arenas encontró al Piloto chileno, quién armado de perica y temeridad se aventuro en las gélidas y tormentosas aguas antárticas llenas de témpanos de hielo y logró realizar con éxito el rescate, causando gran impresión tanto en Chile como en el extranjero, incluso hoy, nuestra Armada bautizo al primer Patrullero de Zona Marítima (PZM) construido este año en Chile por ASMAR como “Piloto Pardo”.


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"Medidas adoptadas por Chile contra la reclamación Antártica Británica"


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Como era de esperarse, uno que otro medio argentino adjudicó el salvatage a la nación trasandina, de igual modo la interpretación del territorio en cuestión, como esta noticia http://www.irizar.org/cav07-08-e.html que oculta en la barra del navegación el título "Hundimiento del MS Explorer en la Antártida Argentina".

Portaliano dijo...

Una de las razones que me motivo a escribir la presente entrada es precisamente el punto que ud. menciona. Resulta que cuando ocurrió el naufragio me tocó ver un despacho de CNN en donde apareció un militar argentino de Usuahia que dio cuenta de la situación pero NO efectúo ninguna mención a la participación y coordinación de Chile en el rescate, y en base a la omisión, quedaba la impresión que los argentinos se habían echo cargo de todo, cosa nada más alejada de la realidad.

Lo importante es que el incidente recibió gran cobertura mediática a nivel internacional donde quedó claro la participación que tubo Chile con su Fuerza Aérea, Armada y bases antárticas en las distintas fases del rescate, lo que sirvió como publicidad gratuita a nuestro país sobre todo porque hace un mes atrás había surgido la noticia de la reclamación que haría Gran Bretaña de la plataforma continental de la Antártica por ella reclamada que comprende en gran parte al Territorio Antártico chileno. En dicha oportunidad, Chile adoptó varias medidas en respuesta a la reclamación Británica, pero a mi juicio, Chile desaprovechó la visita que efectuó semanas después del Secretario General de la ONU a la Antártica chilena donde se tenía previsto que lo acompañara Bachelet y el Canciller Foxley, lo que habría servido para dar a conocer al mundo lo arraigado que está Chile en la Antártica y la gran proximidad y conectividad efectiva que median entre el territorio chileno continental y el antártico. En definitiva, ni la presidenta ni el canciller acompañaron al secretario de la ONU con la excusa de que estaban “ocupados” con los preparativos de la cumbre Iberoamericana y que no querían “contaminar” su viaje con la reclamación Británica. Pero para fortuna nuestra, el naufragio del Explorer nos regaló la publicidad internacional que el gobierno desperdició, ya que la cobertura recibida en diversos países y medios dio cuenta que Chile esta muy presente en la Antártica, que tiene una gran infraestructura, medios instalados y operativos durante todo el año, en definitiva, que hay una presencia chilena permanente y consolidada, no por mero capricho o interés económico, sino que amparada en títulos históricos y proximidad geográfica que le dan legitimidad indiscutible.

Saludos, y gracias por la información.